Estrongiloidiasis
Estrongiloidiasis
La estrongiloidiasis con ascariasis, tricocefalosis y uncinariasis, constituye el grupo de
nematodiasis intestinales trasmitidas por la
tierra, de gran importancia en las zonas tropicales.
Agente etiológico
Strongyloides stercoralis es un parásito muy
pequeño que vive en el interior de la mucosa
del intestino delgado, principalmente en duodeno y yeyuno.
El parásito macho no existe y
se ha comprobado que la hembra tiene capacidad de autofecundarse (partenogénesis), y
puede vivir en el intestino hasta cinco años.
La hembra parásita es filiforme, trasparente,
mide aproximadamente 2 mm de largo por 50
µ de diámetro (figura 4-45). Tiene un esófago cilíndrico que ocupa el tercio anterior del cuerpo, el cual se continúa con el intestino
que desemboca en el orificio anal, cerca del
extremo posterior. El útero presenta frecuentemente huevos en su interior y desemboca
en la vulva entre los tercios posterior y medio
del cuerpo.
Los huevos son muy similares a los
de uncinaria. Se encuentran en las hembras
adultas y luego en el interior de los tejidos en
donde éstas habitan. La presencia de huevos
en materias fecales es muy rara, sólo acontece
excepcionalmente, en casos de diarrea muy
intensa, que rápidamente arrastre al exterior
porciones de mucosa intestinal.
Los huevos eclosionan en la mucosa intestinal
y dan origen a la primera forma larvaria, llamada rhabditiforme que sale a la luz del intestino
delgado, es arrastrada con el contenido intestinal y eliminada al exterior con las materias
fecales; en la tierra estas larvas se trasforman
en otras más alargadas, que son infectantes,
llamadas filariformes.
Larva rhabditiforme:
Móvil, mide aproximadamente 250 µ de longitud, por 15 µ de diámetro (figura 4-47 y figura 4-48); extremo anterior romo con cavidad bucal corta; esófago con
tres partes: cuerpo, istmo con anillo nervioso
y bulbo; intestino que termina en el ano en el
extremo posterior; primordio genital grande y
en forma de medialuna un poco posterior a la
mitad del cuerpo (figura 4-48). La morfología
descrita es similar a la de uncinaria, excepto la
cavidad bucal y el primordio genital.
Larva filariforme:
Muy móvil, con 500 µ a
700 µ micras de largo, por 25 µ de diámetro
(figura 4-47 y figura 4-49 A); puede o no tener
membrana envolvente; no se observa cavidad
bucal, presenta en la parte anterior un estilete;
el esófago es largo y llega hasta la parte media
del parásito; el extremo posterior termina en
una muesca, lo que constituye la principal diferencia
Adultos de vida libre:
Algunas larvas rhabditiformes en la tierra se pueden convertir en
gusanos macho y hembra de vida libre; estas
formas no parasitarias tienen morfología muy
diferente a la hembra parásita. Miden aproximadamente 1 mm de longitud, la hembra
muestra generalmente una hilera de huevos
dentro del útero y la vulva está en la mitad del
cuerpo; el macho tiene el extremo posterior
curvo y está provisto de dos espículas copulatrices
Ciclo de vida
Existen tres ciclos:
Directo, con infección a partir de larvas filariformes de
la tierra.
Indirecto, cuando existe la
presencia de gusanos macho y hembra de vida libre en la tierra que producen larvas filariformes infectantes.
Ciclo de autohiperinfección cuando
las larvas rhabditiformes se trasforman en filariformes infectantes dentro del organismo humano. Este último se presenta en pacientes inmunodeficientes.
Manifestaciones clínicas
En la puerta de entrada por la piel
se presenta dermatitis. En el pulmón
las larvas producen neumonitis y en
intestino inflamación, con úlceras
por desprendimiento de la mucosa
en casos severos. En pacientes inmunodeficientes la invasión de las
larvas causan síndromes variados dependiendo de los órganos afectados,
que en algunos casos llegan a ser
graves o fatales: pulmonar, gastrointestinal, renal, cerebral, ganglionar,
etc. La principal causa de la inmunodepresión en la estrongiloidiasis diseminada, es el uso pronlongado de
esteroides.
Diagnóstico
Un examen coprológico directo tiene
una sensibilidad muy baja, por lo cual
se debe hacer repetidamente o utilizar métodos de concentración, cultivos, separación de larvas, examen del
contenido duodenal y en las formas
diseminadas, estudio de esputo y
biopsia intestinal. Son útiles las pruebas serológicas como ELISA e inmunofluorescencia.
Epidemiología y control
Es más frecuente en zonas rurales, especialmente en personas que no usan
zapatos, pero también se presenta en
las ciudades en quienes contaminan
las manos con tierra. La prevalencia,
aunque no es muy alta, tiene importancia en pacientes inmunosuprimidos en los que la infección puede permanecer por años y pueden causar
patologías graves.
Tratamiento
La ivermectina es el tratamiento de
preferencia, aunque ya se informó resistencia, en los que es necesario usar
el tiabendazol, antihelmíntico que en
la mayoría de los países es de uso veterinario.
Comentários
Postar um comentário