Filariasis linfática
Filariasis linfática
Las filariasis son producidas por nemátodos
filiformes, generalmente largos. Los adultos
tienen localización tisular, y las formas embrionarias o microfilarias, se encuentran en
la sangre o en los tejidos, de donde son tomados por los artrópodos vectores. Es de importancia histórica el descubrimiento de un
artrópodo, como vector de una enfermedad
parasitaria, lo cual sucedió cuando Sir Patrick
Manson (1878), trabajando en la India, observó la transmisión de la filariasis bancrofti por
un mosquito del género Culex.
Agente etiológico
Wuchereria bancrofti, principalmente en el
cinturón tropical de África y Asia, y menos común en América; Brugia malayi en Asia y el
Pacífico; Brugia timori en Indonesia. Las dimensiones de estos parásitos son: W. bancrofti, la hembra mide de 6 cm a 10 cm de largo,
por 150 µ a 250 µ de diámetro; el macho de
3 cm a 4 cm de largo, por 100 µ a 150 µ de
diámetro. B. malayi, hembra 5 cm a 6 cm de
longitud, y 160 µ de diámetro; macho 2 cm
por 90 µ (figura 11-1). Los órganos digestivo y
reproductor, en la hembra, están constituidos por una estructura tubular que corresponde
al intestino, y otras dos de mayor tamaño, que
son las ramas uterinas, generalmente llenas de
microfilarias. Las hembras son ovovivíparas y
dan origen a embriones o microfilarias, que
miden aproximadamente 230 µ a 300 µ de
longitud, por 7 µ a 10 µ de diámetro; tienen
una membrana envolvente trasparente que sobrepasa los extremos (figura 11-2 A, B, C). W.
bancrofti tiene en su interior masas nucleares,
que no llegan hasta el extremo posterior, a diferencia de B. malayi.
Ciclo de vida
Los parásitos adultos viven en el sistema linfático y las microfilarias pasan
a la sangre durante la noche, de donde son tomadas por mosquitos vectores, en los que se desarrollan y son
infectantes en nuevas picaduras.
Patología y patogenia
La patogenia y las características clínicas de la
enfermedad dependen de la cantidad de antígeno procedente de los parásitos adultos, duración y nivel de la exposición de la picadura a
la vectores, número de infecciones bacterianas
y micóticas secundarias y grado de la respuesta
inmune del paciente.
Aguda: se presentan lesiones en los tejidos donde están localizados los parásitos adultos vivos, que se pueden identificar en cortes histológicos y causan linfangiectasias (dilatación de vasos linfáticos); lo que en los genitales masculinos origina hidrocele, quilocele y quiluria. Hay además edema, hiperplasia de las células reticuloendoteliales y linfoadenitis; además se presenta eosinofilia local y generalizada. Los pacientes con microfilaremia son frecuentemente asintomáticos mientras que cuando existe linfedema lo más común es que no haya microfilaremia.
Crónica: La segunda etapa presenta adenopatías con mayor reacción inflamatoria y repetidas linfangitis, que originan hipertrofia
del endotelio con tendencia a la obliteración.
En estas dos etapas hay frecuentes infecciones
bacterianas agregadas que causan complicaciones.
Elefantiásica: La etapa final (se produce en
pocos casos) está caracterizada por la presencia de granulomas, con fibrosis alrededor de
los parásitos muertos, algunos de los cuales se
calcifican. La obstrucción de los linfáticos da
lugar a salida de linfa a los tejidos circundantes, lo que estimula la actividad de los fibroblastos; se produce luego fibromiositis, con
hipertrofia del tejido colágeno. Las zonas afectadas se vuelven paquidérmicas y aumentan
de tamaño.
Manifestaciones clínicas
En la etapa aguda hay dolor y edema
en los genitales; extremidades con
eritema y reacciones alérgicas, lo cual
se puede acompañar de fiebre. En la
etapa crónica se puede observar ascitis, hematuria, proteinuria y ocasionalmente compromiso pulmonar. La
etapa tardía de elefantiasis es poco
frecuente, y aparece como un engrosamiento de la piel con hipertrofia de
los genitales o de las extremidades,
que puede asociarse a hidrocele y ascitis.
Diagnóstico
En las etapas aguda y crónica se buscan las microfilarias en sangre durante la noche. Se pueden observar móviles en fresco o coloreadas en extendidos o gota gruesa. Existen métodos
de concentración como los de Knott
o el QBC®. La biopsia puede también
demostrar los parásitos adultos o las
microfilarias en los tejidos. Existen
métodos indirectos como búsqueda
de antígeno y métodos radiológicos
especializados.
Epidemiología, control y prevención
Predomina en África ecuatorial y Asia
tropical, especialmente en la India.
En América se presentan casos ocasionales en la zona del Caribe y Brasil.
Como no existen reservorios animales, el control se dirige a eliminar los
vectores que pican al hombre.
Tratamiento
El medicamento más antiguo, es la
dietilcarbamazina que actúa contra
los parásitos adultos y las microfilarias. La destrucción de estos parásitos
puede causar reacciones alérgicas. La
ivermectina es un medicamento más
nuevo, con acción sobre las microfilarias pero poco contra los parásitos
adultos. También pueden producirse
reacciones alérgicas. El albendazol
ataca las microfilarias y se utiliza
en programas de control, combinado con uno o dos los medicamentos
mencionadas antes.
Comentários
Postar um comentário