Tricomoniasis genitourinaria
Tricomoniasis genitourinaria
Infección producida por un protozoo flagelado, predomina en mujeres, caracterizada por
abundante leucorrea. En el hombre puede ser
causa de uretritis.
Agente etiológico
Trichomonas vaginalis posee flagelos
y membrana ondulante en su forma
de trofozoíto, pero es un protozoo carente de quistes.
Trichomonas vaginalis es un protozoo flagelado ovoide o piriforme. El trofozoíto mide
de 10 µ a 30 µ de longitud, y 10 µ a 18 µ de
ancho.
En el polo anterior se encuentra el blefaroplasto del cual parten varias estructuras: el
axostilo, que atraviesa todo el parásito y sale
por el extremo posterior; la membrana ondulante, que se extiende hasta los dos tercios del
parásito, esta membrana es una prolongación
del citoplasma; además, tiene cuatro flagelos,
que se extienden hacia adelante. El núcleo es
grande, ovalado, excéntrico y localizado hacia
el extremo anterior.
Las otras especies de Trichomonas que parasitan el intestino y la cavidad oral, tienen características morfológicas un poco diferentes
de T. vaginalis y se estudian bajo el título de
Protozoos no patógenos.
El trofozoíto de T. vaginalis se alimenta
fagocitando bacterias y otras partículas. Crece generalmente en condiciones anaerobias.
Se reproduce por división binaria y no posee
quistes.
Ciclo de vida
El ser humano es el único huésped natural conocido. El parásito se reproduce en la mucosa de
las vías urinarias y genitales en la forma de trofozoíto, pues no existen quistes. Los trofozoítos
son las formas infectantes por contacto sexual,
también por vía directa a través de las manos,
o en recién nacidos durante el parto de madres
con los parásitos, pues no existe quiste.
Patología y patogenia
Los tres factores que facilitan la
proliferación de tricomonas en la
vagina son: pH ácido, ausencia de
flora bacteriana normal y deficiencia de estrógenos. Los parásitos se
adhieren a la mucosa por proteínas
de superficie y producen lesiones
punteadas con reacción inflamatoria, enrojecimiento y producción de
flujo vaginal.
Los factores predisponentes para el desarrollo de la tricomoniasis en la mujer son: pH
de la vagina menos ácido de lo normal, entre
5 y 6; ausencia o disminución de la flora bacteriana normal, principalmente bacilo de Döderlein y deficiencia de estrógenos, que disminuyen el glicógeno de las células vaginales.
En la mujer la presencia de T. vaginalis está
asociada a la producción de flujo vaginal y disuria. El período de incubación es de 4 a 28
días. El flujo es abundante, espumoso y con
grumos, de color blanquecino o amarillento y
maloliente, en especial durante la menstruación. A veces se acompaña de prúrito vulvar,
sensación de quemadura o ardor en genitales
externos y vagina. La vulva, el periné y la piel
adyacente de los muslos, están generalmente
enrojecidos y edematosos, en la forma aguda
de la enfermedad. El prúrito y el ardor llevan a la paciente a producirse excoriaciones
y dermatitis.
Diagnóstico
El más utilizado es el examen microscópico directo de las secreciones, que
revela los trofozoítos móviles. Los
parásitos pueden observarse también
con coloración de Gram y Papanicolaou. El cultivo aumenta la posibilidad de encontrar los parásitos, así
como la prueba de PCR. También existen pruebas de diagnóstico rápido en
estuches comerciales.
La paciente no se debe aplicar duchas o
lavados vaginales el día del examen; el líquido o flujo se toma directamente de la vagina
con aplicadores o pipetas; el espéculo bivalvo
sin lubricante, ayuda a obtener el exudado de
los fondos de saco vaginales. En el hombre el
examen en fresco de la secreción uretral o del
sedimento de la primera orina matinal, tiene
una baja sensibilidad, en lo posible debe utilizarse PCR en orina.
Epidemiología, control y prevención
La transmisión de esta parasitosis se hace por
contaminación directa con las secreciones
vaginales y uretrales de las personas infectadas, las cuales contienen los trofozoítos. Se
considera una enfermedad sexualmente transmitida, porque este es el modo más frecuente
de infección. Con menos frecuencia se hace
por medio de objetos contaminados, como
toallas, esponjas, agua, inodoros, etc.
La infección es de amplia distribución geográfica en todos los continentes.
La frecuencia de la tricomoniasis varía según los grupos
de mujeres que presentan flujo vaginal, con
porcentajes entre 20% y 44%. Predomina en
los adultos con mayor actividad sexual (entre
16 y 35 años). En un estudio en Medellín en
mujeres de estrato socioeconómico bajo, que
consultaron por flujo vaginal, se encontró que
el 39,8% fueron positivas para Trichomonas
vaginalis. Ocasionalmente se encuentra en
niñas y mujeres de otras edades, por transmisión no venérea.
Con frecuencia la infección
uretral en el hombre es asintomática, en cuyo
caso actúa como portador; la prevalencia en
el sexo masculino es más baja que en el femenino.
La prevención se hace aplicando los cuidados que se deben tener en todas las enfermedades venéreas, con una consulta precoz y con
abstención de relaciones sexuales hasta haber
confirmado la curación.
Cuando un miembro de la pareja tenga la
infección, se debe estudiar y tratar su compañero sexual.
Tratamiento
Debe hacerse tanto al paciente como
a su compañero sexual. Las pacientes no embarazadas se deben tratar
siempre aunque sean asintomáticas.
En las embarazadas asintomáticas, es
preferible no usar tratamiento, en las
sintomáticas se pueden usar los 5-nitroimidazoles o clotrimazol en crema
vaginal.
Los 5-nitroimidazoles son los medicamentos de elección y tienen una acción curativa
entre 90% y 95%. A los pacientes se les debe
advertir que con los medicamentos 5-nitroimidazólicos, no se deben ingerir bebidas alcohólicas hasta en los tres días siguientes, debido al efecto antabúse.
En el embarazo, puede utilizarse clotrimazol en crema vaginal en la noche
por siete días consecutivos, lo cual produce
mejora de la sintomatología pero no erradica
el parásito. En la embarazada asintomática es
preferible no usar tratamiento.
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